Irredeemable

"Irredeemable es la historia de un hombre que fue el más grande y amado superhéroe de todos los tiempos... y de cómo se convirtió en el más grande supervillano". Con estas pocas palabras, Mark Waid describe el concepto base detrás de este cómic de su autoría, que cuenta con los trazos de Peter Krause.



Irredeemable (Irredimible) es una serie regular publicada por Boom! Studios desde abril de 2009 y que recientemente completó sus primeros doce números. Esas son muchas páginas para una casa editorial cuyo Editor en Jefe clamó durante dos años que no iba a publicar cómics de superhéroes, ya que consideraba que este era un género dominado con creces por editoriales como Marvel y DC. Sin embargo, el concepto para este cómic, originalmente planteado por uno de los fundadores de Boom!, fue demasiado bueno como para que su Editor en Jefe lo rechazara y no solo eso, se apropió de la historia para contarla con la misma maestría con que antes escribió Flash, Superman y Spider-Man, para mencionar sólo algunos. Por supuesto, se trata de Mark Waid, un autor con mucha trayectoria en esto de los cómics de superhéroes.

El autor del ahora clásico Kingdom Come (publicada por DC Comics), una serie donde se resaltaba el superheroismo, nos trae con Irredeemable una historia en donde se cuenta lo que siguió al "día en que el mal ganó". Y por "mal" no me referiero a un nuevo dios liberando una ecuación anti-Vida por el mundo, sino al día en que el mejor de los hombres se convierte al lado Oscuro. No, tampoco es la historia de cómo el joven Anakin Skywalker se convirtió en Darth Vader, el villano más reconocido en la historia del cine, aunque comparten el mismo concepto. Este camino a la perdición curiosamente también fue explorado recientemente por DC, quien publicó por la misma época una miniserie de doce números llamada The Mighty, con una premisa similar.

Como ocurre con las grandes historias, no es el resultado final el que la hace interesante, porque ese resultado ya es por todos conocido: el bueno se convierte en el malo. Lo que la hace interesante es la exploración del cómo ocurre esa transformación (algo con lo que George Lucas falló miserablemente). En el caso del Plutonian, el superhéroe protagonista de esta historia, es un proceso que empieza muy temprano en su niñez, sufriendo los traumas de pasar por diferentes hogares adoptivos sin conseguir algo tan simple, como es el sentirse amado por lo que es. En vez de eso, experimenta el rechazo que nace del temor y el odio que su condición de "niño especial" despierta. Este resentimiento a su alrededor irá envenenando poco a poco su corazón, al punto que decide dejar de intentar buscar ese cariño y darle una razón de peso a ese odio y recelo que lo ha acompañado toda su vida. Con esta historia, Waid nos muestra como un personaje con los poderes de Superman puede perder el rumbo si no cuenta con una guía que lo mantenga encaminado y no basta con un Blackberry con GPS, sino del cariño, comprensión y amor que pueda recibir de quienes le rodean.

El viaje en Irredeemable es uno que va en dos sentidos. Por un lado, nos muestra lo que Plutonian fué y como se convirtió en lo que ahora es, pero no se detiene allí. Como bien lo dijo Grant Morrison: "Irredeemable se atreve a mostrarnos lo que ocurre cuando lo mejor en nosotros es finalmente hecho trizas por lo peor en nosotros. Y más escalofriante aún, nos muestra lo que pasa después". Así es, la serie nos atrapa en el morbo de contemplar los horrores de lo que alguien con ese poder puede hacer y de lo que las personas del común pueden esperar, algo que bien expresa el personaje de Alana, la que pudo llegar a ser novia del Plutonian:


"Todos vamos a morir"


En cuanto al apartado gráfico, Peter Krause provee un arte decente, que sirve a la historia. Le da a la serie un estilo propio pero no lo encuentro particularmente espectacular o destacable y sus composiciones y acabados algunas veces parecen algo "presurosos", aunque esto bien pueda ser causa que el mismo artista dibuja y entinta cada número mensual. En los últimos números, algunas páginas corren por cuenta del artista Diego Barreto, con un trazo más limpio y cercano al de los cómics clásicos de superhéroes, sin ser mejor o peor que el de Krause, sólo un poco diferente.

En conjunto, Irredeemable es un material de lectura recomendado. Sólo espero que Waid no decida estirar esta historia al punto en que se pierda el momentum y le ocurra lo mismo que a su protagonista y pierda el rumbo, el enfoque.


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