China Miéville y su versión marxista de Iron Man

China Miéville es un escritor y activista político famoso por sus novelas y relatos de fantasía y ciencia ficción. Entre sus obras más conocidas destacan las novelas Perdido Street Station (2000) y The City & the City (2009), además del libro de historia October: The Story of the Russian Revolution (2017). A principios de la década incursionó en los cómics con la serie Dial H, para DC Comics, y se sabe que en 2010 estuvo a punto de lanzar una nueva serie de Swamp Thing que fue cancelada antes de siquiera haberse anunciado.


Pero menos conocido es el hecho de que en esa misma época presentó a Marvel Comics una propuesta para una miniserie de seis números que hubiera servido como introducción para un nuevo justiciero que habría sido, literalmente, un héroe de la clase trabajadora. Su propuesta fue rechazada, muy probablemente por su manejo de Tony Stark como antagonista. En 2011 Miéville publicó el texto de su propuesta (junto con un boceto de su héroe) en su sitio web, y me parece una idea tan curiosa e interesante que decidí traducirla para compartirla con ustedes. Si lo prefieren, aquí pueden leerlo en inglés.

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La crisis económica pega. Flinton, Michigan se construyó alrededor de la industria, pero la industria desapareció cuando la compañía más dominante de la ciudad aceptó el cheque de estímulos, atacó los salarios y subcontrató cada vez más, hasta que todo el desarrollo e investigación, además de la producción, fueron reubicados en otros países. Como muchas otras ciudades, Flinton está muriendo.

Aparece una extraordinaria figura en una extraña armadura hechiza con los colores del óxido y amarillo de advertencia. Enfrenta a ladrones, asaltantes, traficantes de droga y grafiteros. Flashback: Dan, un ex trabajador de una de las plantas de alta tecnología de productos militares que, horrorizado por el resquebrajamiento social, recorre los muchos chatarreros de la ciudad en busca de desperdicios industriales para construir su traje y tratar de salvar su hogar.

Dan ataca una casa de droga, y aunque la mayoría de sus ocupantes huye, alguien se queda y se mofa de él, llamándolo bravucón. Dan la conoce: Louise era la representante del sindicato en su fábrica. Se siente avergonzado. Ella siempre le cayó bien. Hablan. Ella le dice '¿En serio quieres ayudar a Flinton? ¿A todos los otros Flinton? Pues deja de jugar con los síntomas. Es hora de acabar con los verdaderos villanos'.

Louise tiene contactos. Reúnen a un grupo de trabajadores despedidos de distintos campos y departamentos de la ya desaparecida industria, que con su experiencia combinada agregan armas, computadoras y capacidad de vuelo a la armadura. Aunque al principio Dan se resiste, Louise insiste en que contacten a trabajadores del extranjero, donde reubicaron las plantas, para obtener información actualizada, ayuda y tecnología, porque, según Lousie, todos están del mismo lado. Juntos hacen el traje mucho más poderoso.

Dan sabe pelear, pero eso no basta. Ponen controles en el traje conectados a un nodo central en Flinton, al que pueden ingresar para que Dan esté en contacto constante con los otros, que pueden tomar control de distintos aspectos del sistema según sea necesario. Otros de los desposeídos pueden ayudar a pelear. El veterano que fue sniper puede dirigir las armas, el que tiene licencia de piloto puede volar el traje, el técnico de sistemas puede acceder a bases de datos, etc., y todos juntos desarrollan la estrategia. Una cooperativa en un solo cuerpo. Un superhéroe colectivo.

Están casi listos. Se preparan para hacer mejoras cosméticas al traje, que todavía se ve como chatarra, pero Dan y Louise los detienen.

'No', dice Dan. 'Necesitamos un símbolo'.

'Los capitalistas son supersticiosos y cobardes', dice Louise. 'Ese cabrón desechó a nuestro pueblo como basura, nos tiró al chaterrero. Bueno, pues el chatarrero se levantó e irá por él'.

El equipo toma sus puestos en los controles. Dan se pone el abollado casco de soldar que oculta su identidad y, entre una nube de óxido se lanza al cielo en dirección a Nueva York, para enfrentar al sociópata, autoritario y fascista multimillonario corporativo fabricante de armas que es responsable de incontables muertes en Estados Unidos y alrededor del mundo: El maldito Tony Stark. 

Dan: ‘Prepárate para pagar, Iron Man. Somos Scrap Iron Man'.

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Miéville imaginaba esta historia como una miniserie de seis números dentro del canon oficial de Iron Man, pero era muy difícil que, pese a los pecados de su pasado, Marvel fuera a permitir que Stark, al borde de convertirse en un ícono del cine, fuese presentado de manera tan controversial en una historia parte del canon oficial. Encuentro curioso que la versión de Mysterio presentada en Spider-Man: Away from Home reflejase parte de la idea.

¿Qué les parece la propuesta de Miéville? Les hubiera gustado leer esta historia?


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