Reseña: FF #1

FF #1 - Daniel Acuña.
Título: The Club.


Guión: Jonathan Hickman.
Dibujos: Steve Epting.
Entintado: Steve Epting y Rick Magyar.
Color: Paul Mounts.
Rótulos: Rus Wooton.
Editores: Tom Brevoort y Lauren Sankovitch.
Portadas: Steve Epting, Daniel Acuña, Marco Djurdjevic, Gerald Parel,  Stan Goldberg, Joe Sinnot y Val Staples.


Fecha de Publicación: 23 de Marzo de 2011.

Empezaría esta reseña señalando que estaba esperando el número #1 de "FF" desde la publicación del número #588 de los "Fantastic Four", pero sería exagerado dado que esa colección cerró apenas el mes pasado ;)

Cuando se anunció el título de la nueva colección de los Cuatro Fantásticos, no costó mucho que quienes veníamos leyendo la revista asociáramos la sigla "FF" con "Future Foundation", un concepto introducido por Jonathan Hickman en el número #579 de la serie y que dice relación con la idea de "familia extendida" que ha trabajado desde su llegada, integrando a varios personajes adicionales a la rutina diaria dentro del Edificio Baxter. Tras leer éste primer número queda claro (si es que había alguna duda), que es la "familia", su dinámica, fortalezas y debilidades, la piedra angular del trabajo de Hickman en la serie... y sé que eso suena bastante "obvio", pero quien haya leído otras etapas de los Cuatro Fantásticos estará de acuerdo en que la circunstancia de que los integrantes del grupo sean una familia, a veces se torna en un hecho meramente anecdótico.

Uno de los problemas de éste debut es que se siente como una extensión de los acontecimientos del número #588, que se preocupó de graficar los sentimientos y reacciones de los personajes ante la muerte de Johnny Storm... hay una "vibra" triste que enmarca los acontecimientos de la revista, donde los personajes llegan al punto en que deben dejar a un lado el luto y retomar sus actividades. Es interesante en éste sentido la presencia de Spider-man, porque si bien la llegada de un nuevo integrante marca la voluntad del grupo de seguir adelante, varios de ellos no pueden evitar resentir que Peter ocupe o trate de ocupar el lugar de Johnny, una reacción que es bastante lógica (especialmente en el caso de Franklin), pero que no se me habría ocurrido que Hickman podría adoptar y que para mi gusto revela la determinación del escritor de contar su historia, por sobre la tentación de aprovechar la presencia de uno de los personajes más populares de la Compañía, haciendo que su incorporación sea indolora, la pena se pase pronto y todos interactúen como si siempre hubiesen vivido juntos.

Un segundo problema que tengo con esta revista y que creo que es el más grave, es que quien llegue esperando entender de qué viene la historia y para dónde va, o peor aún, pensando encontrar Tabula Rasa y que de aquí en adelante podrá coleccionar a los Cuatro Fantásticos sin preocuparse demasiado por lo acontecido con anterioridad, va a sufrir una grave desilusión. Más allá de los cambios de traje, el nuevo integrante y el nuevo título, esta revista no ofrece una entrada sencilla para los nuevos lectores, la naturaleza de la estructura narrativa entrelazada que viene utilizando Hickman simplemente no lo permite, pero debería haberse hecho algún tipo de esfuerzo en ése sentido, con el objeto de aprovechar de mejor manera la enorme atención que recibió la serie y los potenciales nuevos lectores que hayan permanecido tras las excelentes ventas que tuvo el cierre de la colección anterior. Aquí hay tramas que se arrastran desde el comienzo de la etapa del escritor en la serie, a las que se le suman nuevos elementos, sin aclarar el status quo, cómo se llegó a él, ni por qué determinados acontecimientos tienen una significación mayor de la que es posible apreciar viniendo desde cero.

El dibujo de Steve Epting es bueno como siempre y su abundante uso de negros es el que le da a la revista la atmósfera sombría que describía con anterioridad. Es un dibujo muy apropiado para el tono de la historia, pero hace pensar si acaso Epting será capaz de alcanzar otras notas sin alterar de forma sustancial su estilo.

Dejando de lado las críticas, que son más importantes para los recién llegados que para los seguidores de la serie, Hickman sigue jugando con los presagios que ha venido revelando a lo largo de la historia e integrando personajes que por sí solos dan para pensar que viene un desastre inminente, pero que cuesta imaginar de qué manera harán avanzar la historia al ir interactuando entre sí. Es más, si llegara y les dijera quiénes son los actuales residentes del Edificio Baxter (no lo voy a hacer, lean la revista), quedarían completamente confundidos y exigiendo una explicación... tal vez incluso con antorchas, palas y objetos cortopunzantes, pero la forma en que se han venido desarrollando los personajes, las tramas y las interacciones hacen que uno siga el desarrollo sin mayores cuestionamientos y eso es bastante decir.

Desde que llegó Hickman ha venido anunciando un cierre grandilocuente para su historia, con un título rimbonbante: "La guerra de las cuatro ciudades", y ladrillo a ladrillo ha cimentado las bases de ese conflicto final, sin detenerse demasiado para observar los convencionalismos del género (definitivamente no escribe para el TPB). Éste no es el mejor número de la serie, pero sí es bastante demostrativo del estilo con el cual se van añadiendo las tramas que conforman el tejido de la historia... si eso es suficiente para interesarlos por la revista, vayan y consigan desde el número #570 en adelante, porque todo les parecerá mucho más entretenido. Si no logran engancharse... bueno, pareciera que el escritor prefirió recompensar la lealtad de los seguidores más avezados antes que apostar por capturar nuevos fieles y lamentablemente eso puede terminar dañando las posibilidades de éxito de la revista. Recomendada | Recomendada c/reservas para los neófitos.

Calificación:

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